El amor es una palabra que no entiende de culturas ni de
épocas. Un sentimiento que todos hemos saboreado alguna vez y que, sin embargo
somos incapaces de definir de una manera precisa.
En busca de esa explicación exacta del amor, científicos de
todo el mundo estudian variaciones hormonales en la fase del enamoramiento,
incrementos en el nivel de felicidad, de autoestima, de autoconfianza.
Una teoría aceptada en la actualidad es la de Sternberg
(1988), quién afirmó que para que haya amor deben darse tres características
que manera simultánea:
- La primera de estas características es la intimidad que la definimos como el sentimiento de vínculo provocado por el acercamiento y confianza con la otra persona. En este caso no se está siquiera pensando en compromisos a largo plazo.
- La pasión es la segunda de las características vinculadas necesariamente a la definición de amor. Nos estamos a la necesidad y deseo de unión con el otro miembro de la pareja. Aclarar que es posible que a lo largo de cualquier relación la pasión atraviese diferentes fases y que estás fases pueden diferir en sus tiempos en cada caso. Lo importante es no perderla de vista y si se pierde, encontrarla.
- Desición, en este caso el sentido de compromiso, de querer compartir con el cónyuge el futuro.
De la unión de los tres puntos mencionados resulta el amor completo. Sabemos también que la
fusión de los 3 factores no existe desde el primer momento, sino que deben ir
alcanzándose con el paso del tiempo y el orden de aparación de los mismos puede
diferir en unos casos y en otros. Las diferentes combinaciones que se irán
produciendo entre los 3 factores definirán el resto de tipologías del amor que
se reflejan a continuación:
Cariño: Existe
intimidad y no existen pasión ni compromiso. Podríamos simplicarlo como algo
más cerca de la amistad que del amor.
Encaprichamiento:
Existe pasión y no existen intimidad ni compromiso. Puede producirse en la fase
inicial de las relaciones y quedarse ahí o avanzar y llegar abarcar más
factores.
Amor vacío:
Existe compromiso y no existen intimidad ni pasión. Puede ser el caso de
parejas que lleven tiempo juntas y han perdido los otros dos factores. Se trata
de un amor rutinario y aburrido que se mantiene por la propia inercia más que
por sentimientos.
Amor romántico:
Existen intimidad y pasión y no existe compromiso. Es un amor cálido y
afectuoso que puede madurar o marchitar si no se adquiere el compromiso.
Amor sociable:
Existe intimidad y compromiso y no existe pasión. Este tipo de amor es sincero
y tranquilo pero carece del otro factor que también es necesario. Puede
encontrarse si se detecta su carencia.
Amor fatuo:
Existen pasión y compromiso y no existe intimidad. Se basa en la falta de
confianza o incluso en la mentira. Sólo puede sostenerse si ambos cónyuges lo
consienten.
Las combinaciones que se han descrito definen a los diversos
tipos de amor. El esquema puede resultar
muy útil para ayudar a localizar las posibles carencias en cada caso y ponerles
remedio, si es posible. Evidentemente, el amor completo estará más cerca en los
casos en los que ya existan 2 de los factores, que en los casos donde sólo hay
1 de los 3.
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